
El delfín rosado del Amazonas es uno de los escasos cetáceos que habita en agua dulce. Destaca por su original color rosado. Aquí te revelamos todos los secretos de este maravillo delfín, único en su especie.
Características del delfín rosado
El delfín rosado, conocido también como boto o Inia de geoffroy, es un cetáceo de 2,5 m de largo, que llega a pesar hasta 185 kg. Este cetáceo es el representante del género Inia, y está considerado el único fósil viviente descendiente de los primeros delfines terciarios. Se cree que durante el Mioceno el Amazonas se cubrió, de forma intermitente, con agua del mar y muchos ejemplares de delfín pasaron del océano al Amazonas. Posteriormente, la especie habrían ido evolucionando, de forma gradual, para adaptarse al agua dulce del río cuando el agua del mar se retiró definitivamente.
La principal característica física del delfín rosado es su color rosa, aunque no siempre es del mismo tono. Al nacer y durante su juventud, el delfín rosado es de color gris y a medida que entra en la edad adulta se vuelve rosa. Los machos tienen un rosa más intenso que las hembras, aunque el tono del delfín rosado depende también de las aguas que surcan, así como de la transparencia y temperatura de las mismas.
El delfín rosado tiene que salir con frecuencia del agua para respirar, después lanza un chorro de agua a través de su orificio dorsal, que puede alcanzar hasta los dos metros de altura. El sonido que emite es semejante a un silbido. Una de las características más sorprendentes del delfín rosado consiste en que también emite vibraciones, similares a las de un gato.
La cabeza del delfín rosado está coronada por una prominente protuberancia y gira unos noventa grados, siendo mucho más flexible que la de otros cetáceos. Esto es debido al hecho de que solo sus primeras vértebras están unidas.
El delfín rosado no tiene una vista excelente, como el resto de los cetáceos. Únicamente pueden distinguir la luz, pero no las formas. Esta característica se debe al entorno de las aguas turbulentas en las que habita. Gracias a su poderoso sonar, no necesitan una buena visión para moverse.
La aleta dorsal del delfín rosado está atrofiada y se parece a una joroba o a una cresta. Sus aletas pectorales son anchas y la cola es bastante grande.
La longevidad de esta especie de delfín es de aproximadamente unos treinta años.
Hábitat y alimentación del delfín rosado del Amazonas.
El delfín rosado vive en agua dulce, no solo en el Amazonas sino también en otros ríos de América del Sur, como los ríos Tapajós, Madeira y Xingú. Además, es uno de los habitantes más frecuentes en el río Orinoco.
Prefiere las áreas cercanas a los ríos y, en la temporada de lluvias, también se dispersa a las zonas inundadas de agua. Cuando el nivel del agua es elevado, los machos optan por los principales canales de los ríos, mientras que las hembras y sus crías permanecen en las áreas inundadas, donde las aguas son más tranquilas y pueden encontrar comida fácilmente.
El delfín rosado tiene unos pequeños dientes cónicos en la parte delantera, mientras que los de la parte posterior son bastante planos. Esto le permite triturar peces con escamas gruesas, como el pez gato y las pirañas. Sin embargo, no puede capturar tortugas marinas o cangrejos. Come a primera hora de la mañana y de la tarde, y suele atacar los bancos de peces, ya que esto le permite atraparlos más fácilmente.
Reproducción y costumbres del delfín rosado del Amazonas
El delfín rosado es bastante solitario. Cuando van en grupo nunca superan más de cuatro miembros. Los ejemplares que van en pareja a menudo son madre e hijo. En temporada de lluvias los ejemplares se dispersan, y cuando la lluvia termina, conviven sin problema.
El delfín rosado es menos sociable y juguetón que los delfines que viven en los Océanos. Además, tienen mucho miedo al hombre y a los objetos desconocidos. Debido a ello, son muy difíciles de domesticar.
En cuanto a su reproducción, las hembras alcanzan la madurez sexual alrededor de los seis años. El período de apareamiento tiene lugar durante la estación seca y la gestación dura once meses. Suele tener un único ejemplar. La cría permanece en compañía de la madre durante un año y la hembra vuelve a ser fértil al cabo de los dos años del nacimiento de su anterior cría.
El delfín rosado, una especie amenazada
El delfín rosado está seriamente amenazado por la caza furtiva, la construcción de presas hidroeléctricas, la deforestación, la contaminación de la minería de mercurio y la constante invasión e industrialización en la zona, en la que ya no se respetan las tradiciones de los habitantes autóctonos. Pese a ello, el delfín rosado ha revelado una capacidad asombrosa para sobrevivir en entorno cada vez más hostil.
El delfín rosado en cautiverio
Durante siglos, el delfín del Amazonas ha estado protegido por el folclore
local, que consideraba sagrado al animal y atribuía mala suerte a los que lo
capturaban o mataban. La llegada de la industrialización acabó con estas
creencias y actualmente se matan a muchos delfines rosados para aprovechar su
piel y su grasa.
Además, muchos ejemplares han sido capturados para exhibirlos en acuarios. En
Europa, en particular, existen varios ejemplares en Alemania, en Duisburg. Por
desgracia, son pocos los ejemplares que se adaptan al cautiverio, por lo que la
mayoría acaban muriendo.
Leyendas del delfín rosado
El delfín rosado es uno de los principales elementos de la mitología amazónica. Según la leyenda, el delfín rosado se convierte en un joven vestido de blanco, ataviado con un sombrero y acude a las fiestas, en donde bebe mucho y es un excelente bailarín. Allí seduce a las chicas más hermosas y las invita a una cita romántica a la orilla del río. Después de hacer el amor, se convierte de nuevo en delfín, se sumerge en las agua del río y desaparece para siempre. Esta leyenda es tan popular en la región del Amazonas que cuando no se conoce la paternidad de un niño, se dice que es el hijo del delfín rosado.